El director de migración Sigfrido Pared señaló que los haitianos deportados en la primera semana del año no residan en República Dominicana, sino que fueron detenidos cuando acababan de ingresar ilegalmente a ese país.
Los inmigrantes fueron detenidos en la frontera, en puestos militares en las carreteras cercanas a la línea limítrofe y, por primera vez, en puntos de revisión en las autopistas de entrada a Santo Domingo. Estas acciones mantienen alerta a los haitianos radicados en Dominicana.
Un inmigrante haitiano, el predicador Oxene Clemente, quien vive desde hace ocho años con su esposa y siete hijos en el barrio marginal de Duverg, 245 kilómetros al oeste de la capital, en la provincia fronteriza de Independencia, dijo que sus connacionales tienen temor de salir de sus casas por las acciones del gobierno dominicano.
De los 85 feligreses que acuden regularmente los domingos a la ceremonia en la iglesia Fuente de amor misión creol, sólo acudieron menos de 20, según Clemente. Los lunes oficia por la noche en un templo ubicado en el centro de Duverg, pero muchos de los feligreses huyeron al monte para esconderse de las patrullas migratorias, afirmó el predicador.
Amnistía Internacional pidió el viernes detener las repatriaciones, tras recordar que Haití aún se recupera de desastres naturales como el terremoto que dejó 300.000 muertos el 12 de enero de 2010.
El titular de migración en Dominicana consideró injustas las acusaciones del mencionado organismo de derechos humanos, que señaló que ese país debe ser solidario con Haití y su pueblo, pues según Pared, si ha habido una nación en el mundo que ha apoyado a la isla desde el 12 de enero, ese ha sido República Dominicana.
Pared indicó que las repatriaciones continuarán en los próximos días, pero aclaró que no se han efectuado redadas y se ha respetado el acuerdo establecido con Haití en 2000.