La Habana.- El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, aseguró este miércoles que el reciente discurso del presidente norteamericano Barack Obama en Chile resulta una muestra más de la política imperialista de los Estados Unidos hacia América Latina y no se debe esperar nada bueno de él.
En su más reciente reflexión titulada, “Las verdaderas intenciones de la Alianza Igualitaria”, Fidel Castro realizó un análisis de la alocución de Obama y desarticuló la insólita propuesta del mandatario estadounidense, quien pretende crear una sociedad entre millonarios y hambrientos.
En su discurso la clase obrera no existe, ni campesinos sin tierras, tampoco los analfabetos, la mortalidad infantil o materna, los que pierden la vista, o son víctimas de parásitos como el Chaga o de enfermedades bacterianas como el cólera, afirmó el Comandante.
Asimismo, indicó, Obama reconoció que América Latina solo se volverá más importante para Estados Unidos en términos económicos, ya que el continente es el principal mercado y al mismo tiempo el primer proveedor de productos de la nación norteña.
Con insípidas palabras, como las calificó el líder cubano, el mandatario estadounidense abordó los problemas reales de Latinoamérica como la abismal desigualdad social que su gobierno respalda, el narcotráfico y la violencia asociada, alentados por las armas fabricadas y distribuidas por Estados Unidos.
De igual forma, Obama prometió la creación de nuevos vínculos con el fin de renovar lo que para Washington significa la unidad hemisférica y trató de impresionar a los oyentes con los riesgos del cambio climático, sin el valor de reconocer que su país es el máximo responsable de esa tragedia, sentenció Fidel Castro.
En su discurso, señaló, el jefe de Estado norteamericano realizó también una analogía de su “Alianza Igualitaria” con la propuesta del ex presidente John F. Kennedy hace 50 años e indicó que los desafíos para América Latina aún persisten.
En este sentido, dijo el Comandante, constituye un verdadero insulto a la inteligencia humana las palabras del dignatario imperial que pretende construir un continente a imagen y semejanza de Estados Unidos.
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