Fue el encargado de liderar la Operación Gerónimo en Pakistán para matar a Osama, antes había supervisado multitud de persecuciones a líderes talibanes; a sus 55 años en ocasiones acompaña a sus equipos a las misiones de manera activa.
Tal vez nunca se conocerá el nombre del soldado que acabó con la vida de Osama Bin Laden. Pero para que llegara ese momento cumbre en la Operación Gerónimo, hubo mucho trabajo detrás, capitaneado por un hombre, que fue el cerebro de todo el procedimiento: el almirante William McRaven.
Según información que publicó The Washington Post, McRaven fue el auténtico cerebro, es un hombre muy respetado dentro de la institución castrense estadunidense. El éxito de sus operaciones, se basa en la aplicación de seis requisitos clave: la sorpresa, la velocidad, seguridad, simplicidad, el propósito y la repetición.
McRaven, es uno de los cazadores de terroristas con más experiencia en Estados Unidos, aprovechó para la misión, dos meses antes, una unidad especial de Navy Seals (tropas de élite de la Armada estadunidense), según de Post. Él mismo un ex Seal, supervisó semanas de entrenamiento intensivo para una operación encubierta que podría paralizar a Al Qaeda si funcionaba, o desatar un serio problema con Pakistán (con quien ya había problemas) si la operación salía mal. Las fuerzas del almirante McRaven mataron o capturaron a cientos de insurgentes en el último año, la mayoría de ellos en operativos nocturnos.
Su llegada a la Casa Blanca coincide con el atentado del 11 de septiembre de 2001, cuando fue asignado como capitán de la Marina, pero su carrera laboral siempre ha estado ligada a operaciones de lucha contra el terrorismo.
Como jefe del Comando de Operaciones Especiales Conjuntas, el almirante ha supervisado multitud de persecuciones a líderes talibanes en Afganistán y figuras de Al Qaeda. Un dato que llama mucho la atención es que a pesar de sus 55 años, y sus tres estrellas, en ocasiones acompaña a sus equipos a las misiones de manera activa. Los que lo conocen dicen que no es el típico gritón sino que representa más una versión “moderna del Seal después de la era de Vietnam. Un hombre tranquilo, humilde, inteligente”.
Un alto funcionario del gobierno de Obama que prefirió guardar su anonimato, dijo que “él entiende la importancia estratégica de la precisión, exige un alto nivel. Es por eso que tuvimos tanto éxito”.
McRaven creció como hijo de un coronel de la Fuerza Aérea que voló Spitfires británicos durante la Segunda Guerra Mundial y jugó brevemente en la liga del futbol estadunidense. Curiosamente en 1977 se graduó en periodismo en la Universidad de Texas en Austin, aunque nunca se dedicó profesionalmente. En su libro Specs Ops que publicó en 1995 analiza ocho momentos famosos de la historia de las operaciones especiales, incluida la incursión israelí para liberar a rehenes de un avión secuestrado en Entebbe, Uganda.
Bajo su liderazgo, el Comando Conjunto de Operaciones Especiales amplió su alcance más allá de Afganistán e Irak. En septiembre de 2009, McRaven negoció un acuerdo con el presidente de Yemen, Ali Abdulá Saleh para llevar a cabo misiones secretas con las tropas yemeníes contra Al Qaeda en la Península Arábiga, una filial de la red de Bin Laden que algunos funcionarios dicen se convirtió en la principal amenaza para Estados Unidos.
En marzo pasado, el secretario de Defensa, Robert M. Gates, dijo que recomendaba a McRaven para el ascenso a almirante de cuatro estrellas y jefe del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos.
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