viernes, 24 de septiembre de 2010
El terrorista confiesa plan para asesinar el presidente Chávez.
El terrorista salvadoreño, Francisco Chávez Abarca, detenido en Cuba, confesó a las autoridades de la Isla que a finales de septiembre de 2005 planificó asesinar al presidente de Venezuela Hugo Chávez por órdenes del connotado terrorista internacional Luis Posada Carriles.
En un amplio artículo publicado este viernes en el diario Granma, titulado “Las razones de Cuba: continúan los planes terroristas de Estados Unidos”, Chávez Abraca aseguró que para llevar a acabo el magnicidio contra el jefe de Estado venezolano Posada Carriles le orientó utilizar un fusil Barret calibre 50.
Asimismo, reveló el mercenario que entre los planes actuales de Posada Carriles sobresale la intención de hundir barcos cargados de petróleo que viajan de Venezuela a Cuba y agregó que la Fundación Nacional Cubano Americana de Miami destina casi 100 millones de dólares en planes antivenezolanos.
En este sentido, relató Chávez Abarca que tras salir de prisión en septiembre de 2007 en El Salvador, en coordinación con Posada Carrilles se propuso realizar acciones violentas contra la Isla y otras naciones del ALBA, incluyendo nuevos atentados al presidente Chávez como forma de obtener beneficios monetarios.
A su vez, el detenido reconoció que en la década de los noventa fue reclutado como mercenario y entrenado personalmente por Posada Carrilles, de quien recibió indicaciones de primera mano y el pago de dos mil dólares por cada bomba que explotara en Cuba.
Además, añadió Chávez Abarca que Posada Carriles alardeaba de que para cada una de sus acciones violentas contra esta nación caribeña tenía que pedir permiso a la CIA y coordinar sus actos con la Fundación Nacional Cubano Americana y otros políticos estadounidenses.
Igualmente, aseveró Chávez Abarca que cuando en 1997 apareció en la Televisión Cubana un programa en el que el terrorista salvadoreño Raúl Cruz León confesó sus vínculos con Posada Carriles, este último le orientó asesinar a los miembros de su familia, por lo que ahora teme por la suerte de su esposa e hijos.
Chávez Abarca no solo reclutó y preparó a otros mercenarios centroamericanos que fueron capturados en Cuba, sino que colocó bombas en la discoteca Aché y el piso 15 del hotel Meliá Cohíba, el 12 y 30 de abril de 1997, respectivamente, y otra en el hotel Comodoro, cuando se efectuaba un torneo internacional de ajedrez infantil, en el que estaban presentes más de 40 niños.
La red terrorista de Posada Carriles, liderada por Chávez Abarca, introdujo en Cuba en 1997 más de 30 artefactos explosivos, de los cuales 11 explotaron en diferentes instalaciones turísticas, que provocaron la muerte del joven italiano Fabio Di Celmo, varios heridos y cuantiosos daños materiales.
Posada Carriles, prófugo de la justicia venezolana, sigue activo concibiendo planes anticubanos dentro y fuera del territorio norteamericano, cobrando deudas y favores a políticos, funcionarios y agentes locales o centroamericanos, mientras es protegido por el gobierno del presidente Barack Obama, puntualizó el rotativo.
Está en manos de la actual administración estadounidense, de sus servicios especiales y autoridades judiciales poder aportar y desclasificar todos los documentos necesarios para desenmascarar y sancionar a los culpables, y evitar nuevos actos de terror contra Cuba, Venezuela y otros países del ALBA que siguen siendo blanco de este flagelo.
Asimismo, sentenció el diario Granma que sancionar a Posada Carriles es tan justo y necesario, como poner en libertad a los Cinco Héroes, si Washington quiere ser coherente con el supuesto compromiso en la lucha antiterrorista.
Cuba tiene sobradas razones para defenderse y proseguir la lucha contra el terrorismo y por la justicia, concluyó el artículo, pues los 3.478 muertos confirman su decisión de no ceder jamás ante esas amenazas.
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