La familia Obama se sumó anoche a las celebraciones de Halloween a las puertas de la Casa Blanca, decorada con arañas y calabazas, y repartió caramelos en el tradicional juego de truco o trato a niños de escuelas locales e hijos de militares, que habían sido expresamente invitados. Barack Obama, su esposa, Michelle, y la madre de esta repartieron a los pequeños cajas de m&ms, frutas escarchadas y una galleta especial de mantequilla preparada por el chef de la Casa Blanca Bill Yosses.
Barack Obama, junto a su mujer, Michelle (derecha) y su suegra reparten dulces en la noche de Halloween, ayer, en la Casa Blanca. JASON REED | REUTERS
Algunos de los niños invitados son de la Bancroft Elementary School, de gran afluencia hispana, que también han participado en la siembra y recogida del huerto de la Casa Blanca con el que la primera dama promueve una alimentación sana.
Mitin en Ohio
El presidente de EEUU participó en la noche de Halloween recién llegado de Ohio (Cleveland), donde dio su último mitin de la campaña para las elecciones legislativas de mañana martes. En un acto para respaldar al gobernador demócrata de Ohio, Ted Strickland, Obama animó a los estadounidenses a no perder la esperanza en los cambios y aseguró que los demócratas solucionarán los problemas económicos del país si mantienen el control del Congreso. "Arreglaremos la economía, reconstruiremos la clase media y reviviremos el sueño estadounidense", insistió Obama. Los demócratas podrían perder en los comicios de mañana la mayoría de que disfrutan en el Congreso.
En el mitin, Obama reconoció que el desempleo todavía es muy alto y que los votantes se sienten a veces desilusionados pero insistió, en línea con lo que ha venido repitiendo en las últimas semanas, en que históricamente los cambios nunca fueron fáciles. Recordó la lucha de los colonos independentistas contra el Imperio británico, la de los afroamericanos por abolir la esclavitud y la de las mujeres por obtener el derecho al voto. "Imaginaros que vuestros tatarabuelos hubiesen dicho que era una lucha muy difícil y que se sentían desanimados", dijo el dirigente ante las 8.000 personas que según el Partido Demócrata acudieron al mitin.
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