El presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, expresó este viernes que no existe mediación alguna en el conflicto armado existente en Libia, en respuesta a la propuesta rusa de buscar un acuerdo político y tras el planteamiento del Gobierno de Muammar Al Gaddafi sobre un cese al fuego.
Al cierre de la Cumbre del Grupo del G-8, realizada en Deauville, ciudad de Normandía, el primer mandatario francés señaló que "no hay mediación posible con Al Gaddafi (Muammar)", expresó al responder una pregunta sobre la iniciativa rusa de proponerse para intentar mediar en el conflicto armado.
Sarkozy prosiguió su discurso asegurando que "Al Gaddafi debe irse" porque "la situación es inaceptable", añadió el presidente francés.
Asimismo, el jefe de Estado de Francia, indicó que los rebeldes en Libia le extendieron una nueva invitación para que visite la ciudad de Benghazi, en manos de los opositores del gobierno libio.
"Iremos cuando llegue el momento, pero queremos que en ese momento podamos hacer una visita de trabajo y reunirnos con los que quieren construir la Libia de mañana", señaló antes de añadir que debería tratarse de "una iniciativa franco-británica".
En cuanto a la posibilidad de que el Consejo Nacional de Transición (CNT) pueda utilizar los fondos que se han congelado en el extranjero a dirigentes libios, reconoció que le gustaría que se hiciera y "rápido", pero admitió que "hay problemas jurídicos, porque somos Estados de derecho".
Sarkozy es una de las cabezas de la coalición comandada por la Organización del Tratado de Atlántico Norte (Otan) que lanzó la operación militar contra el líder libio, Muammar Al Gaddafi y de los que han reconocido como interlocutor en Libia al CNT opositor.
Este pronunciamiento se da poco después de que el gobierno de Libia solicitara, este jueves, a la Organización de Naciones Unidas (ONU) y a la Unión Africana (UA) la fijación de una fecha para establecer un alto al fuego en el conflicto interno que mantiene la nación desde hace más de tres meses.
"Hemos pedido (...) fijar una fecha y una hora precisa para un cese del fuego, enviar observadores y tomar las disposiciones necesarias", para el fin de los combates, declaró el primer ministro libio Baghdadi Al-Mahmudi, a medios de prensa.
Las amenazas en tono más incisivo al ambiente belicista sobre la situación en Libia, dominó el cierre de la Cumbre de dignatarios del Grupo de los Ocho, G-8, en la ciudad de Normandía.
Aunque otros temas, como la actualidad en Siria, las finanzas mundiales, la seguridad de las centrales nucleares tras el accidente en Fukushima (Japón)- ocasionado tras el terremoto y posterior tsunami- y la lucha frente al narcotráfico también ocuparon espacios relevantes en las reuniones, la situación en Libia acaparó los intereses de los asistentes a la cumbre del G-8.
En particular, los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y Francia, Nicolás Sarkozy, fueron claros en su interés común: Terminar con el líder libio Muammar Al Gaddafi, de quien dijeron por separado que ha perdido toda legitimidad, según reportan medios internacionales.
A estas declaraciones se sumó el anuncio del primer ministro británico, David Cameron, del despliegue de cuatro helicópteros Apache (ataque) “para combatir a las fuerzas” del líder libio.
Los Apache y sus pilotos, que se encuentran de maniobras en el Mediterráneo y se espera que puedan operar en el país norteafricano en cuestión de días, pueden atacar más rápido y con más precisión.
De acuerdo ala fuentes británicas, con el despliegue de las aeronaves habrá menor peligro de que se produzcan víctimas civiles en los ataques contra la fuerzas del líder libio, Muammar Al Gaddafi.
En los últimos días, los ataques dirigidos por la Otan han tenido blanco civiles, generando centenares de inocentes muertos y heridos.
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