lunes, 23 de mayo de 2011

Los profetas del fin del mundo quedan en ridículo sostiene Reyes Larios


Xalapa, Ver.- Tras las bromas y previsiones que detonó la profecía, del evángelico estadounidense Harold Camping, la Iglesia Católica en Xalapa se pronunció por desechar a quienes quedan en rídiculo. “Quien se atreve a profetizar que se acaba el mundo, queda en ridículo (.) esas son cosas alarmistas y que no hay que hacerles mucho caso”, señaló el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios al presidir la misa dominical.

Ante cientos de feligreses el arzobispo refirió otras menciones biblícas que desvirtúan lo profetizado por el director de “Family Radio” quien hasta este momento no ha dado una explicación al error de su teoría.

“Jesús dijo -el fin del mundo ni yo lo sé, solamente el Padre, y para nosotros el fin del mundo es la segunda venida de Cristo, es un momento de alegría, de fuerza, que vendrá con poder y gloria. El mundo no se acaba, alegó el prelado”

Siguiendo la línea de su mensaje dominical en el Semanario Alégrate, Reyes Larios sostuvo que hay gente “credulona” que cree todo lo que le digan “ahí están, hasta prendieron su veladora y se confesaron, menos mal, eso estuvo bien ” dijo.

El mensaje lo inscribió en medio de una homilía a donde llamó a los católicos a reflexionar sobre la identidad y misión que Dios les ha encomendado. ”¿ De dónde venimos, por qué estamos aquí, quién soy yo. Eso lo tenemos que contestar a lo largo de la vida, nuestra identidad.”

Al precisar que si no se responden ese tipo de preguntas adecuadamente no se vive en plenitud abundó sobre otros cuestionamientos existenciales ” Hay otra pregunta fundamental que dice ¿ hacia dónde vamos, cuál es nuestra meta, cuál es nuestro fin?. Si no las respondemos no vivimos plenamente”, aseveró.

En su disertacion el obispo de Xalapa sentenció que cada uno tiene una misión en la vida y hay que cumplirla para encontrar la felicidad “hay un momento en que uno recibe mensajes de Dios y las circunstancias lo llevan a uno a decir eso es lo que Dios quiere de mí, sea para el matrimonio, la vida consagrada, el sacerdocio, la ciencia o la educación, donde Dios nos llame y si respondemos a eso, entonces somos felices”.

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