Brazil.-La flamante mandataria prestó juramento en el Congreso y dio su primer discurso antesde dirigirse a Planalto. La sucesora de Lula da Silva insistió en la necesidad de "profundizar las conquistas sociales" y aseguró que impulsará un programa para sacar de la indigencia a 18 millones de personas.
Rousseff tomará el toro por las astas y, una vez en el Palacio de Planalto, buscará saldar la mayor deuda de la exitosa gestión de Lula: el hambre. Pese a los años de bonanza y crecimiento y a la proyección del país como potencia internacional, la distribución de la riqueza aún es una de las más desiguales del mundo y hay casi 20 millones de brasileños que viven bajo la línea de indigencia.
Por eso la ex guerrillera ya definió su prioridad: lanzar un plan nacional para acabar con la miseria. Según informa el diario paulista Folha, la flamante presidente dará un anticipo del proyecto en su discurso de asunción, en el que además subrayará la necesidad de continuar y profundizar el camino político emprendido por el mandatario saliente. La idea será sintetizada en el latiguillo de "un Brasil que recién comienza".
Rousseff ya mantuvo una reunión con siete ministros para discutir el ambicioso plan. El objetivo es eliminar la extrema pobreza en un plazo de cuatro años, como prometió durante la campaña electoral. Será una combinación de los programas sociales que heredó de Lula, como el Hambre Cero o la Bolsa Familia, con otros nuevos que tengan su propio sello.
También quiere darle su impronta a las áreas de salud y educación, para lo que convocará a los gobernadores en su primera semana al frente del Ejecutivo. En cuanto a la política macroeconómica, Dilma prometerá mantener la línea ortodoxa, pero con medidas que aceleren la inversión y reduzcan las tasas de interés. En síntesis, alzará un gobierno "de continuidad, pero profundizando y avanzando".
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